• Antígenos.
  • Anticuerpos.
  • Elementos celulares.
  • El complemento.
  • Herencia.
 
ANTÍGENOS.
   Un alergeno es un Ag capaz de penetrar en el organismo e inducir una respuesta inmunológica de hipersensibilidad, es decir, una respuesta patológica de tipo alérgico, tras haber sido reconocido como no conforme para lo tolerado. Algunos inmunólogos han introducido la palabra inmunógeno para denominar al Ag.
   El capítulo 36.1ª.05 se ha dedicado al estudio de los Ag en Inmunología. En este capítulo estudiamos una de las peculiaridades de los Ag que es la alergenicidad, entendiendo por tal la capacidad de una Ag para inducir algún tipo de respuesta de hipersensibilidad o alérgica.
   El término de alergeno se debe a Von Pirquet que en 1906 observó que ciertas personas, al tener contacto con diferentes sustancias presentes en el aire, en los alimentos o en los objetos, eran capaces de desencadenar reacciones inmunológicas adversas.
   Los alergenos no son sustancias intrínsecamente tóxicas, son inocuas en ausencia de una reacción alérgica. Tan sólo algunos componentes de las sustancias consideradas como alérgicas son realmente alergenos, tratándose de proteínas y glucoproteínas que forman parte de dichas sustancias. Sólo un limitado número de proteínas son alergénicas para los humanos. Esto es un hecho cierto del que se ignoran con exactitud porque es así. Tampoco se conoce la razón exacta de porque unas sustancias son alergénicas y otra no lo son, ya que todavía no han sido identificados los determinantes antigénicos, es decir, las partes exactas de la molécula que el huésped reconoce como extraña.
   Como ya se ha explicado, cualquier Ag es en potencia un alergeno, pero para que una sustancia extraña pueda ser inmunógena o alergénica, o lo que es lo mismo, tenga poder de sensibilización y sea reconocida como extraña, debe de reunir unas condiciones, tal como se expuso en el capítulo 36.1ª.05., como p. e. un peso molecular relativamente alto, etc. Las proteínas de bajo peso molecular que sean altamente solubles y, por ello, puedan separarse en las mucosas de las partículas desecadas en las que se transportan, como pólenes o heces de ácaros, podrán difundirse en la mucosa actuando como alergenos. Los alergenos que intervienen en los procesos alérgicos ORL son en su mayoría proteínas o glucoproteínas con distinta capacidad alergénica, si bien, hay cierto número de sustancias no proteicas (lípidos, polisacáridos y metaloides), denominadas haptenos, y que unidas a una proteína se comportan como alergenos.
   Muchas de estas proteínas con capacidad alergénica son enzimas activas (proteasas).
   A tenor de los conocimientos actuales se puede afirmar que el alergeno ideal sería una proteína bioquímicamente estable, con una estructura compacta y con una distribución de sus epitopos (determinante antigénicos) óptima en su superficie molecular que le permitan unirse a la IgE.