▪ Elementos de pronóstico.
▪ Pauta de seguimiento evolutivo.
Con más inquietud que en otros procesos el paciente, empujado por el trauma emocional que la parálisis conlleva, solicita un pronóstico de su PF.
Evolución: una buena parte de los paciente se recuperan por completo y de forma espontánea entre 4 y 6 semanas, este plazo puede ser más breve cuando la parálisis no es completa. Cuando a las 8 semanas la curación no es completa, la enfermedad puede continuar evolucionando favorablemente a lo largo de otros 4 ó 5 meses, al cabo de los cuales puede considerarse la situación clínica como definitiva. Estos casos de evolución más lenta, que pueden suponer hasta el 30%, son los que suelen quedar con alguna secuela.
La PFI no tratada presenta estadísticamente esta evolución natural espontánea:
- 71% recuperación total.
- 12% recuperación con pequeñas secuelas.
- 13% recuperación con secuelas medias.
- 4% secuelas severas.
No se debe de precipitar la emisión de un pronóstico hasta no tener conocimiento de elementos objetivos de juicio para ello, lo que muchas veces requiere tener que esperar unos días. El tiempo máximo que se debe fijar para tener realizado un pronóstico es el de las 3 primeras semanas postinicio de la PF. El establecimiento temprano de un pronóstico adquiere especial relevancia en los casos en que se plantea una posible actitud terapéutica quirúrgica.