Evolución.
Su evolución es variable en el tiempo. Puede presentar una historia natural de forma aguda que fácilmente cursa a la resolución, o bien puede evolucionar hacia una forma crónica e indolora con hipoacusia.
Se estima que el 25% curan rápidamente, el 65% pasados los tres meses y el 85% a los seis meses.
Desgraciadamente desconocemos la manera de predecir qué casos evolucionaran de forma benigna y cuáles presentaran secuelas o complicaciones.
Para evaluar la gravedad de una OMS se pueden utilizar estos parámetros:
- Otoscopia neumática: más grave si el tímpano es opaco sin movilidad, más leve si hay nivel o burbujas a través de un tímpano translúcido.
- Timpanometría: es más grave si la curva timpanométrica es totalmente plana.
- Grado de hipoacusia: más grave si la pérdida en el oído mejor es ≥ 20 dB, y leve si la audición es mejor o sólo existe efusión de un lado.
Evolución natural.
La historia natural de la enfermedad lleva en el 90% de los casos a su curación espontánea en un periodo de semanas o meses, no superior a los 3 meses, pero a partir de este momento la enfermedad tiende a cronificarse y se muestra menos dispuesta a la remisión espontánea.
La evolución natural del proceso puede esquematizarse en tres fases:
- Fase serosa: es el comienzo del proceso con formación de exudado líquido en oído medio y retracción timpánica por presión negativa en el mismo.
- Fase mucosa: La OMS se va haciendo cada vez menos inflamatoria, se considera como una otitis subaguda, si el proceso persiste el contenido líquido se va haciendo más viscoso y espeso lo que aumenta el grado de hipoacusia, entrando en lo que se puede denominar otitis mucosa.
- Fase fibrosa: al ir resolviéndose el proceso puede hacerlo sin secuelas o bien producie ndo esta fase que podría denominarse de secuelas al producirse desestructuración timpánica, fibrosis y adherencias del tímpano a la cadena osicular y al promontorio. En tales casos el tímpano se muestra atrófico, muy retraído, sobre todo en la parte posterior, iniciando o produciendiéndos euna telctasia triampanica.
Para la valoración de la evolución se utiliza la otomicroscopia y la timpanometria.
El mayor peligro reside en aquellos casos que evolucionan de forma insidiosa y pueden permanecer largo tiempo sin ser diagnosticados y fuera de todo control pudiendo encontrarse ya en una fase fibrosa al ser diagnosticados.
Curación.
Es la evolución más frecuentes siendo las circunstancia más frecuentes que la OMS se haya producido en el transcurso de una afección aguda de las VRS cuando en el transcurso de la misma se afecta la trompa de Eustaquio participando del mismo proceso, y al resolverse la afección rinofaringea se cura también la OMS y el oído vuelve a la mormalidad.
Factores de riesgo de cronicidad y secuelas.
Las recidivas, cuando aparecen, suelen ser tempranas, y se calcula que cuando se realiza intervención de paracentesis y colocación de drenajes transtimpánicos en la OMS, el 35 % de los niños requieren una segunda intervención. Estos casos son los que presentan una mayor probabilidad de mala evolución, secuelas y complicaciones.
En niños con inserción de tubos transtimpánicos se observa desde un 15 % de retracciones hasta un 0,5 % de colesteatoma.
Cronicidad.
Si los episodios de infección rinofaríngea aguda son muy frecuentes y van acompañados de OM puede ocurrir que el oído no llegue nunca a curar totalmente. Entre dos episodios agudos puede quedar una OMS.
En las formas crónicas es fundamental vigilar la evolución del proceso pues en un determinado momento pueden aparecer las secuelas. La inflamación crónica cursa con una destrucción progresiva de la armadura conjuntiva del tímpano que se va haciendo más delgado y atrófico. Este tímpano más débil o atrófico se hace fácilmente retraíble por la presión negativa del oído medio lo cual es el origen de colesteatomas por invaginaciones epiteliales, lisis de rama larga del yunque por procesos adhesivos a la misma, otitis fibroadhesivas, perforaciones timpánicas y OMA de repetición por sobreinfección del exudado.
Otitis media aguda.
Aunque no es muy frecuente un oído con OMS puede sufrir una OMA.
Secuelas.
▪ Placas calcáreas en el tímpano.
Son frecuentes después de una OMS recidivante o también tras la colocación de un drenaje transtimpánico y una vez ya ha salido del drenaje del tímpano. El tímpano está integro, adelgazado, transparente y se aprecian zonas blancas limitadas en partes del tímpano. No produce alteración de la audición y no precisa de tratamiento.
▪ Bolsas de retracción timpánica, adherencias, atelectasia timpánica. Las bolsas de retracción son retracciones timpánicas limitadas a a una zona timpánica bien delimitada, siendo las áreas de presentación más frecuentes la zona atical y la mitad posterior. Estas bolsas pueden ser secuelas o signos del agravamiento de una OMS que requiere un seguimiento otológico riguroso. La aparición de bolsas de retracción requiere un extremada vigilancia del proceso y a veces la actuación quirúrgica inmediata.
▪ Hipoacusia neurosensotrial. Cuando la remisión espontánea no se produce el proceso puede evolucionar no solo hasta producir una lesión definitiva en el oído medio sino que además puede producir una afectación coclear con déficit neurosensorial permanente como secuela del proceso.
▪ Retraso en el desarrollo del leguaje.
La OMS puede producir fluctuaciones auditivas de tipo transmisivo de 20 a 50 dB. Si tenemos en cuenta que una conversación normal se sitúa en torno a los 50-60 dB se puede entender la importancia que dicha pérdida puede tener en la audición conversacional. Se ha hecho mucho incapié sobre esta posible repercusión que la OMS prolongada en el tiempo puede tener sobre el comportamiento, el carácter, el desarrollo lingüístico y los resultados escolares. Es deficiencias auditivas moderadas pueden originar dificultades en el proceso evolutivo lingüístico que analizamos en el .
La relación que existe entre el tiempo de persistencia del derrame y las consecuencias negativas que puede tener para el desarrollo el lenguaje no han sido totalmente establecidas.
Los autores más exigentes en esta cuestión establecen que más de 130 días en los tres primeros años de vida producen ya un déficit en la adquisición del lenguaje y que este hecho es más acusado en las comunidades bilingües. Se ha de valorar qué grado de hipoacusia producido por la OMS puede alcanzar una entidad suficiente como para repercutir negativamente en la evolución del lenguaje. Se calcula que hasta el 20% de las alteraciones en menores de 5 años pueden ser debidas a este problema, ascendiendo esta tasa hasta el 33% conforme aumenta la edad. Para estos autores la escolaridad sin problemas sólo tolera una hipoacusia de 20 ó 25 dB pues puede conducir a un pobre rendimiento escolar y limitación del conocimiento. De modo científico se han comparado grupos de niños que han tenido OMS con otros que no la han tenido, evidenciando los resultados diferencias en la esfera educativa a favor de los niños sin antecedentes de OMS.
Es importante que el maestro conozca el problema con el fin de que pueda aplicar estrategias de refuerzo a la hora de la clase.