Para algunos autores el primer esbozo de laringe en la escala filogenética aparece en algunos peces placodermos, hace unos 350 millones de años en el Devónico, los cuales poseen mandíbula, un esbozo de lengua, un orificio nasal rostral en comunicación con la boca y una hendidura laríngea. En algunos peces, como los protopterus, la salida de aire desde los pulmones produce un discreto silbido mediante la constricción de pequeños haces musculares, sin que por ello se pueda hablar de órgano vocal que sirva para la comunicación.
 
   El conjunto de los elementos que constituyen la laringe se inicia en los anfibios, mediante la aparición de un par de elementos hialinos, situados lateralmente con relación al sistema primitivo traqueobronquial.
   En los anfibios urodelos, como la salamandra, aparecen cartílagos laterales, que prefiguran los aritenoides, y un cartílago cricotraqueal. Poseen además músculos constrictores y dilatadores.
   En los anfibios anuros, como la rana, las branquias existentes en el renacuajo desaparecen en el adulto y la respiración se hace únicamente pulmonar y cutánea. Su laringe está formada por un par de cartílagos semicirculares que se corresponden con los aritenoides, bien diferenciados, y un anillo completo que se corresponde con el cricoides. Posee, además, un sistema dilatador y constrictor bien desarrollado, pero la traquea es casi inexistente todavía. Posterolateralmente tiene un par de procesos bronquiales largos y delgados. Todo es cartilaginoso. Como sucede en los peces pulmonados, la respiración se efectúa mediante la inyección de un volumen de aire en los sacos pulmonares. No obstante, en los anfibios el ritmo respiratorio es mucho más elevado que en los peces, y la laringe es susceptible de producir sonidos que se emplean para una comunicación interindividual.
 
   En los reptiles, la descripción es idéntica a la de los anfibios, pero además aparece ya el hueso hioides. La respiración cutánea desaparece siendo exclusivamente pulmonar y poseen una caja torácica que es el motor de dicha respiración. De forma paralela, la tráquea se desarrolla y se equipa con cartílagos, lo que evita su colapso respiratorio. En el cocodrilo aparece ya una tabicación muscular entre tórax y abdomen, esbozo del diafragma, que facilita una depresión torácica más acentuada durante la respiración. Contrariamente a lo que ocurre en los anfibios, la renovación del aire pulmonar es incompleta, por lo que el aire inspirado se mezcla con el ya existente en los pulmones. Otra diferencia con los anfibios es que los reptiles producen escasos sonidos, a no ser un escaso silbido originado por el paso forzado del aire a través de una laringe casi cerrada, aunque algunos cocodrilos son capaces de emitir una especie de gruñidos.