• Introducción.
  • Respuesta primaria y respuesta secundaria.
  • Fases de la inducción de la respuesta humoral.
  • Respuesta humoral.
  • Tipos de anticuerpos.
  • Respuesta frente a antígenos timo-independientes.

 

   INTRODUCCIÓN.
 
   Desde final del siglo pasado, se conoce el hecho de que el funcionamiento del sistema inmune puede realizarse mediante factores solubles o humorales o bien mediante mecanismos mediados por cc. Como ya se ha expuesto en el capítulo 36.1ª.01, la comunidad científica estuvo dividida en dos bandos, los seguidores de Metchnikoff que subrayaban la importancia de los fagocitos errantes y por otro lado los que apoyaban a Ehrlich y su teoría de las cadenas lineales solubles, hasta que Almroth Wrigth demostro que ambos sistemas son esenciales.
   Dividir la inmunidad en inmunidad humoral e inmunidad mediada por cc es una idea que se considera hoy un poco anticuada. Inmunidad humoral y celular son dos armas complementarias entre si del sistema inmunológico: los Ac reconocen, por lo general Ag intactos, mientras que las cc T sólo pueden reconocer fragmentos antigénicos que les sean presentados en asociación con moléculas codificadas por el MHC.
   La respuesta humoral del sistema inmune específico está medida por los linfocitos B y está diseñada para eliminar a patógenos extracelulares y evitar la diseminación de los intracelulares, aprovechando que estos últimos se transmiten de cc a cc a través de los fluidos extracelulares. Los linfocitos B ante la estimulación antigénica, y la mayoría de las veces con la colaboración de los T van a transformarse en plasmocitos que son los que segregan grandes cantidades de Ac específicos frente a cada agente foráneo promotor siendo su finalidad la eliminación del mismo.
   Los Ac, por sí mismos no pueden eliminar más que a ciertos virus o inactivar toxinas bacterianas, en la mayor parte de los casos, la eliminación efectiva del patógeno suele deberse a la inducción de las funciones efectoras de los Ac, que dependen de la porción constante de sus cadenas pesadas como son:
  • La activación del complemento por la ruta clásica, que puede conducir a la lisis del patógeno, a quimiotaxis de fagocitos y opsonización de fagocitos. Activan los primeros factores del complemento, hasta C3 o C5, para favorecer la fagocitosis.
  • Opsonización de fagocitos por inmunocomplejos (Ag-Ac).
  • Citotoxicidad celular dependiente de Ac: el Ac se une a receptores para Fc en la superficie de células NK y macrófagos.
    Por lo tanto, en la respuesta humoral podemos distinguir dos grandes fases:
  • la de inducción de la producción de Ac;
  •  una segunda fase efectora, en la que dichos Ac actúan directamente, o más a menudo indirectamente, mediante la inducción de funciones efectoras que eliminan al patógeno.

   En este capítulo nos vamos a centrar solamente en la primera, es decir, cómo se induce la producción de Ig circulantes ante un Ag. Los auténticos mecanismos efectores humorales los iremos tratando en capítulos ulteriores. Aquí vamos a tratar principalmente de las interacciones celulares y de las señales químicas implicadas en el desencadenamiento de la producción de Ac. Podemos resumir el proceso en tres apartados interconectados:

  •  El linfocito TH virgen reconoce en la superficie de una APC a un péptido antigénico T dependiente enclavado en el surco de MHC-II, previamente procesado por la propia APC. Ello provoca la activación y proliferación clonal de los linfocitos TH.
  • A la vez, la cc B reconoce al Ag nativo, lo que desencadena la endocitosis y procesamiento endosómico de dicho Ag. Algunos de los péptidos resultantes se exportan y se muestran en el surco de moléculas MHC-II del propio linfocito B.
  • El TH activado interacciona ahora mediante su TCR con el complejo receptor del linfocito B. En este contacto entre ambas cc tiene lugar un intercambio de señales químicas que conduce a la activación, proliferación clonal y diferenciación de las cc B en dos subclones hermanos: uno de cc plasmáticas secretoras de Ac, y otro de cc B cebadas de memoria.
  
   RESPUESTA PRIMARIA Y RESPUESTA SECUNDARIA.
   La exposición al Ag es seguida de un periodo de latencia durante el cual no se detectan Ac. Este período de latencia corresponde a la denominada fase lag o de retardo. La duración de esta fase es el tiempo que se tarda en la selección de un clon específico de cc B y en la producción de cc plasmáticas secretoras de Ac específico y de cc B de memoria. En total la respuesta puede durar desde unos días a varias semanas, dependiendo de la persistencia del Ag.