•  Técnica de amigdalectomía extracapsular con anestesia general.
  •  Técnica de amigdalectomía extracapsular con anestesia local.
  •  Técnica intracapsular.
 
   La intervención de amigdalectomía consiste en eliminar el órgano con una mínima pérdida de sangre y traumatizando lo menos posible los tejidos adyacentes a la amígdala palatina. La adenoidectomía y la amigdalectomía son las primeras técnicas quirúrgicas que se enseñan al futuro otorrinolaringólogo durante su período de formación.
   La frecuencia e importancia de esta intervención bien merece la pena una prolija exposición de las diferentes técnicas de la misma.
   Desde el punto de vista técnico, estas intervenciones están perfectamente estandarizadas y codificadas, y deben plantearse siempre con todo el rigor necesario, sin considerarlas técnicas de cirugía menor.
   Existen diversos métodos para realizar una amigdalectomía y principalmente se clasifican en fríos y calientes. Los métodos fríos corresponden a aquéllos que no liberan energía térmica durante el procedimiento, lo que teóricamente podría disminuir el dolor postoperatorio. Los métodos calientes liberan distintas cantidades de energía térmica que produce un efecto cauterizador, disminuyendo potencialmente tanto el tiempo quirúrgico como el sangrado intraoperatorio. A pesar de lo anterior, no existen estudios randomizados que hayan podido determinar qué método quirúrgico es más seguro en términos de sangrado y dolor posoperatorio; la mayor diferencia entre las distintas técnicas son los costos económicos de los instrumentos utilizados.
 
 
   TECNICA DE AMIGDALECTOMIA EXTRACAPSULAR BAJO ANESTESIA GENERAL.
   También conocida como amigdalectomía por disección o disección fría, ya que la exéresis se realiza mediante disección quirúrgica. Se puede realizar tanto en niños como en adultos y es una técnica totalmente vigente en el momento actual por ser una técnica segura.
    Esta técnica se basa en estos principios:
  •  La exéresis de las amígdalas palatinas debe de ser total.
  •  Al realizar la disección se deben de respetar al máximo los tejidos periamigdalares: plano muscular de la fosa amigdalina y mucosa de los pilares.
  •  La hemostasia debe de ser perfecta.  
   Se ha de realizar en un quirófano correctamente equipado. La operación está perfectamente estandarizada: protocolos anestésicos, posición del paciente, equipo quirúrgico y maniobras técnicas.
 
   Estudio preoperatorio.
   Historia clínica.
   ECG y Rx tórax.
   Analítica hematológica y bioquímica de sangre.
   Pruebas de coagulación: estas adquieren una especial atención por lo hemorragípara que es esta intervención. El estudio a de ser completo.
   Consentimiento informado.
   Consulta preanestésica realizada en los 15 días previos a la intervención.
 
   Recomendaciones preoperatorias.
   Ayunas total previo de seis horas. En niños se les permite tomar ciertos líquidos, como agua o zumo de frutas sin pulpa hasta tres horas antes de la intervención.
   No tomar anticoagulantes previos. Se ha de instruir bien al paciente sobre cuantos días antes ha de dejar el tratamiento anticoagulante dependiendo del tipo del anticoagulante que se tome.
   En los niños, desinfección con gotas nasales los cinco días previos a la intervención. Esta práctica era habitual hace años, cuando la antibioterapia estaba recién iniciada, pero hoy ya no se realiza. Lo mismo ocurre con la antibioterapia previa recomendada durante los cuatro días previos a la intervención; no existe documentación científica que lo justifique.
   Preparación psicológica en los niños.
   Información sobre los riesgos inherentes a la operación,
 
   Anestesia.
   La colaboración anestesista-cirujano en esta intervención es imprescindible, pues ambos van a trabajar sobre la vía respiratoria y los problemas que se pueden plantear son comunes para los dos.
   Las llamadas hace unos años “anestesias relámpago” a base de somnoformo, ketolar, etc, han quedado totalmente desechadas.
   Las razones que han llevado a la práctica sistemática de la amigdalectomía con anestesia general en los niños son múltiples:
   -  Control de la vía respiratoria. Eliminación de complicaciones broncopulmonares sépticas por aspiración de sangre.
   -  Comodidad y seguridad para cirujano y paciente al realizar la intervención. Permite realizar una correcta disección y evita precipitaciones y la brutalidad de las guillotinas.
   -  Posibilidad de realizar un control hemostático del campo quirúrgico exhaustivo y eficaz, lo que se traduce en una menor hemorragia quirúrgica y una mejor prevención de las posibles complicaciones hemorrágicas postquirúrgicas. Las ligaduras vasculares molestan, pero menos que los taponamiento brutales de antaño.
 
   En los adultos puede realizarse la técnica de disección amigdalar con anestesia general o local, si bien esta última ha sido prácticamente abandonada por aumentar la posibilidad de complicaciones. Por tanto hoy, tanto en los niños como en los adultos, se realiza bajo anestesia general con intubación naso u orotraqueal, canalización de una vía venosa periférica y monitorización de las constantes vitales. De este modo las complicaciones anestésicas son raras y si acontecen se pueden abordar de forma cómoda y eficaz.
   El programa anestésico comprende: