• Introducción.
  • Organización genética y herencia del complejo MHC.
  • Expresión celular de las moléculas MHC.
  • MHC y susceptibilidad a enfermedades infecciosas.
 
 
   INTRODUCCIÓN.
   El complejo principal de histocompatibilidad, es un sistema genético ubicado en el brazo corto del cromosoma 6, que es el controlador de la respuesta inmune. Este segmento de material genético está capacitado para codificar unas moléculas expresadas en la membrana celular que están implicadas en la presentación de Ag a los linfocitos T. La producción de estas moléculas está controlada por el MHC y están presentes en la superficie celular de la mayoría, si no de todas, las cc del cuerpo. Estos genes que están estrechamente ligados entre si y son muy polimórficos, están implicados en el rechazo o aceptación de transplantes o injertos de tejidos u órganos; de ahí deriva su nombre de Complejo Principal de Histocompatibilidad (Major Histocompatibility Complex).
   Pero obviamente, su papel fisiológico o natural no puede ser ese, ya que al fin y al cabo, la evolución no pudo prever que una especie la humana se fuera a dedicar a hacer transplantes. Las moléculas de superficie codificadas genéticamente por el MHC intervienen en el desarrollo de las respuestas inmunes específicas, tanto la humoral como la celular, siendo fundamentales para el reconocimiento celular.
   Las moléculas del MHC, como veremos, juegan un papel esencial en el reconocimiento del Ag por parte de los linfocitos T, tanto los coadyuvantes, TH, como los citotóxicos, TC.
   Las moléculas expresadas por el MHC en la superficie celular posee una bolsa o hendidura, muy polimorfa de unos individuos a otros en la que se puede unir un péptido. Hay un cierto nivel de complementaridad entre un péptido dado y una molécula de MHD dada.
   El conjunto particular de moléculas MHC de cada individuo viene determinado por el conjunto de alelos de los genes MHC que posee e influye sobre el repertorio de epitopos que pueden reconocer sus linfocitos TC y TH. Por ello, la capacidad de respuesta frente a los patógenos, es decir, la mayor o menor susceptibilidad a la enfermedad infecciosa y los fenómenos de autoinmunidad dependen parcialmente de esa dotación concreta de alelos del complejo MHC. Es decir, los linfocitos T responsables de favorecer la producción de Ac contra Ag, sólo pueden hacerlo si el Ag extraño está ligado a una superficie celular que exprese Ag del código MHC que también posee la cc T. La producción de Ac depende del reconocimiento simultáneo por parte de la cc T de materiales propios y extraños.
   En los años 30 de este siglo pasado, Gorer & Snell estaban estudiando los Ag de superficie de cc sanguíneas, e identificaron varios grupos de genes responsables de esos Ag. Se percataron de que uno de esos grupos de genes, los cuales estaban estrechamente ligados, determinaban el rechazo de trasplantes entre distintos individuos no emparentados de la misma especie. Por esta razón, denominaron a estas moléculas como antígenos de histocompatibilidad, y al conjunto de genes ligados que los codificaban complejo principal de histocompatibilidad, MHC. Snell fue premiado con el Nobel en 1980 por este descubrimiento.
   El descubrimiento de este complejo ha permitido comprender los mecanismos de rechazo de injertos y poner en marcha las medidas necesarias  para tener éxito en los transplantes de órganos y de medula ósea. El papel fisiológico de este sistema es el control de la respuesta inmune.
 
 
   ORGANIZACIÓN GENÉTICA Y HERENCIA DEL COMPLEJO MHC.
 
   Localización y función de las regiones MHC
   El conjunto de genes que forman el MHC están alineados en una región grande y continua del genoma que en la especie humana se sitúa en el cromosoma 6, y se conoce como región HLA. Estos genes se encuentran organizados en tres grandes zonas, que determinan tres tipos diferentes de moléculas:
 
   Genes de clase I (MHC-I): el MHC de clase I controla la síntesis de moléculas en polisomas adosados al retículo endoplásmico rugoso, que están formado por determinan glucoproteínas de membrana que aparecen en casi todas las cc que sirven para presentar Ag peptídicos de cc propias alteradas a los linfocitos T citotóxicos (TC). Es decir, que las moléculas MHC-I funcionan para presentar a linfocitos TC péptidos procedentes de procesamiento de Ag proteicos realizado por cc del propio individuo.
   Estas moléculas sintetizadas bajo el control del MHC de clase I se encuentran presentes en la mayoría de las cc nucleares del organismo pero no en todas, dado que, en algunas localizaciones, su expresión es mínima o incluso nula, como sucede en el endotelio, glándulas de Brunner duodenales, trofoblasto velloso o neuronas del sistema nervioso central.