Hoy esta patología ya no es estudia como una entidad única, sino que se considera más apropiado incluirla en la rinosinusitis. También se la conoce como rinitis crónica mucopurulenta inespecífica o rinitis crónica simple.
   La incidencia, gravedad y complicaciones de este proceso ha experimentado una gran regresión por el uso indiscriminado de los antibióticos. Hoy se considera como una infección menor pero que mal tratada supone gastos inútiles y iatrogenias indeseadas. 
 
   Etiopatogenia.          
   La rinitis bacteriana aguda de origen primitivo es rara, siendo lo más frecuente que este cuadro se produzca como consecuencia de la sobreinfección de una rinitis vírica, siendo en la práctica muy difícil diferenciar un coriza sobreinfectado de una rinitis bacteria aguda primitiva. Prácticamente sólo en recién nacidos y lactantes aparecen rinitis bacterianas de origen primario. A veces, es difícil de diferenciarla de la vírica.
  Cuando se considera que es una enfermedad aislada hay que buscar la existencia de focos infecciosos vecinos como origen de la misma: adenoides y senos paransales.
   El considerar la alergia como un factor predisponente a la infección es una cuestión en discusión.
   Los factores ambientales son un factor comprobado, así son más frecuentes en las regiones frías y húmedas, condiciones laborales contaminantes en las industrias con polvos y humos, factores sociales medioambientales adversos y las atmósferas calientes y secas generadas por determiandos tipos de calefacción.
   Tanto en niños como en adultos, debido a algunas enfermedades de fondo como la diabetes o el SIDA, la rinitis infecciosa puede cronificarse. Es frecuente en los niños con hipertrofia adenoidea. Puede aparecer en cualquier época del año.  
   Ahora bien, son muchos los casos en los que la búsqueda etiológica resulta negativa, por lo que hay que considerar la posibilidad de un factor constitucional.
   En todas las FN sanas existen bacterias que viven como saprofitas. A expensas de influencias exteriores y por variaciones en la condición del organismo huésped, estos saprofitos pueden hacerse patógenos, sin que ningún virus o un mecanismo alérgico preparen el terreno para la infección, si bien se piensa que se produce en una situación de disminución de las defensas del huésped.
    Los gérmenes productores más frecuentes son streptococos, haemophilus influenzae y neumococos.
 
  Anatomía patológica.
  El epitelio presenta modificaciones de tipo atrófico o descamativo, con caída de cilios vibrátiles y puede haber metaplasia epidermoide.
   En el corion hay un edema inflamatorio con la producción de un exudado infiltrado de fibras colágenas y abundantes histiocitos y linfocitos. Las glándulas aparecen hipertróficas e infiltradas.
   En la capa conjuntiva profunda se hay una vasodilatación, edema difuso y una infiltración linfohistiocitaria.
 
   Clínica y diagnóstico.
   Los dos síntomas fundamentales son la obstrucción nasal y una hipersecreción mucopurulenta.
   Son pacientes que presentan permanentemente una rinitis durante todo el período invernal, con abundantes secreciones amarillentas, o amarillo-verdosas, a veces con estrías de sangre y con costras en el vestíbulo. La clinica mejora en los meses de verano.
   La obstrucción nasal es más o menos acusada, pero siempre notoria, a veces alternante en báscula, con aumento en la posición decúbito.

   A esta clínica puede asociarse dolor facial y presión y descarga postnasal con tos, todo lo que implica la presencia de una rinosinusitis.