•    Biopsias nasales.
  •    Frotis nasal.
  •    Lavado nasal.
  •    Tomas nasales y sinusales para bacteriología.
  •    Oxido nítrico nasal.
 
 
   La mayor parte de las enfermedades nasales cursan con un proceso inflamatorio de la mucosa nasal. La valoración de esta inflamación permite evaluar y seguir el curso de la enfermedad, y repuesta terapéutica. Han aparecido diferentes técnicas intentando monitorizar la inflamación nasal. Unas son invasivas como son la biopsia y otras no invasivas como la citología nasal y el análisis del óxido nítrico nasal, que permite de forma rápida y sencilla realizar el seguimiento de la actividad inflamatoria nasal.
   Por tanto, la inflamación de la mucosa nasal puede estudiarse mediante:
  • Biopsias nasales
  • Citología nasal: exudado nasal.
  • Lavados nasales.
  • Medición del óxido nítrico en el aire de la cavidad nasal mediante analizadores de quimioluminiscencia.
    En la práctica clínica estas técnicas se reservan para situaciones especiales; los lavados y el óxido nítrico se usan principalmente para investigación clínica y están disponibles en pocos centros, pero tienen un potencial y quizás en el futuro puedan consolidarse como herramientas rutinarias para la evaluación, seguimiento y toma de decisiones el tratamiento de los problemas nasales.
   Se han propuesto diferentes técnicas para el estudio de la superficie citológica de la superficie mucosa nasal, según la capa de la mucosa que se quiera estudiar se ha propuesto una técnica diferente: frotis, lavado, cepillado, etc..
 
 
   BIOPSIAS NASALES.
   Las biopsias de la mucosa nasal se realizar mediante observación con endoscopia rígida.
   Esta técnica se inicia con una inspección endoscópica de la fosa a biopsiar para identificar la lesión y el área nasal sobre la que se va a realizar la biopsia.
   Seguidamente se inicia el proceso de aplicación de anestesia local tópica. Se comienza realizando una pulverización del interior de la fosa con xilocaína y luego se introducen compresas empapadas en tetracaína con o sin vasoconstrictor.
   Comprobado que la mucosa está bien anestesiada se puede iniciar la realización de la biopsia. Esta puede realizarse extrayendo la muestra con una pinza de Blackesley, o de un tipo similar, si la biopsia es sólo de partes blandas. Si la biopsia es sobre una estructura de textura más sólida como p.e la cabeza del cornete se utilizan pinzas cortantes como el conchotomo.
   En lagunas ocasiones cuando la biopsia va a ser más profunda puede no ser suficiente la anestesia de aplicación tópica y en tal caso es necesario realizar una infiltración anestésica local previa.
   El material extraído puede almacenarse en fresco, en formol o congelado en nitrógeno líquido.
   Se ha detener en cuenta la posibilidad de que se produzca una hemorragia de mayor o menor grado que puede precisar de coagulación o de taponamiento nasal. En la preparación previa del instrumental necesario para esta técnica, pensando en esta eventual situación, se aconseja tener preparado el material necesario para cohibir una epístaxis.