• Inspección y palpación externa.
  • Rinoscopia anterior.
  • Rinoscopia posterior.
  • Exploración microscópica.
   
   INSPECCIÓN Y PALPACIÓN EXTERNA.
   La exploración rinológica debe comenzar con la inspección y palpación externa de la pirámide nasal y región mediofacial.
   Mediante la inspección se han de valorar las características de la piel y de las partes blandas, lo que permite identificar posibles alteraciones como tumefacciones, edema o hiperemia.
    A continuación se ha de valorar la morfología general externa de la pirámide nasal, buscando deformidades como la laterorrinias, nariz en silla de montar, desviaciones laterales por secuelas traumáticas o quirúrgicas y tumoraciones.
   La inspección de la base nasal permite valorar la simetría y la permeabilidad de las narinas, el borde anterior del tabique nasal y el eje de la punta. Es importante observar el movimiento de las alas nasales durante la respiración, dado que el colapso de éstas durante la inspiración es causa frecuente de insuficiencia respiratoria nasal.
   La palpación del esqueleto osteocartilaginoso de la nariz se realiza con la finalidad de sospechar o evidenciar la presencia de líneas de fractura o dismorfias nasales: dolor selectivo, crepitación ósea, enfisema subcutáneo.
   Por último debe realizarse la palpación del ángulo superointerno de la órbita (punto de Swing) y percutir sobre los puntos de salida de los nervios supra e infraorbitario para evaluar posible patología sinusal.
         
       
     RINOSCOPIA ANTERIOR.
   Constituye la exploración básica endonasal. El instrumental necesario que se ha de tener a disposición en consulta es:
   -   Una fuente luminosa para espejo frontal (indirecta), espejo de Klark, o bien luz frontal directa.
   -   Espéculos nasales: Killian, de Vacher, Palmer o del modelo con el que se esté habituado.
   -   Pinza de Politzer (acodada de bayoneta).
   -   Algodón.
   -   Anestésico local con vasoconstrictor.
    Paciente sentado en el sillón de exploración ORL con la cabeza sobre el apoyacabezas. El examinador se coloca frente al paciente a unos 25 cm.
 
   La rinoscopia anterior se inicia por la exploración de la válvula nasal siguiendo estos tiempos:
   - Visualización. El paciente se coloca con la cabeza en hiperextensión cervical. Sin deformar el vestíbulo se utiliza un retractor, o simplemente una torunda de algodón, colocada en el ángulo superior de la misma, utilizando iluminación con luz frontal. Así se observa el ángulo y la simetría de la válvula, tanto en reposo como en la inspiración profunda. Se prescinde en este momento de espéculos nasales para evitar deformaciones que pueden enmascarar una obstrucción real de la válvula.